sábado, 17 de diciembre de 2011

STORY

Esta es una pequeña historia que escribí hace tiempo. Antes intentaba escribir algo decente de vez en cuando, pero no me salían mas que fragmentos cortos de cosas sin sentido. Esto tiene un ligero argumento y no sé, me gusta retroceder en el pasado:


No hacía ni un minuto que habíamos dejado de correr, huyendo de las voces que iban tras nosotros. Mi familia no aceptaba del todo mi relación con Tarek, puesto que no tenia muy buena fama ni poseía grandes riquezas, pero yo era prácticamente la única que realmente le conocía, y sabia que una gran persona se escondía tras esos ojos oscuros y aquellas ropas que le cubrían todo lo posible para no ser descubierto por quienes le perseguían.

Solía salir todos los días con la excusa de comprar algo de fruta para buscarle entre la multitud que charlaba y discurría por el mercado, y simplemente cruzábamos miradas sin decirnos una sola palabra...hasta que un día, perdí su pista y llegué a parar a una calle que no conocía. Todo estaba en penumbra y había un grupo de hombres hablando, fumando y bebiendo. Era demasiado tarde para cuando quise dar la vuelta y volver sobre mis pasos, porque uno de ellos reparo en mi presencia, dio un ligero codazo al que se hallaba a su lado y miraron hacia mi. Entonces todos empezaron a dar pasos sinuosos en mi dirección y a decirme cosas que ni quise escuchar... De repente una mano tiro de la mía y yo me aferré a ella sin dudarlo. Y cuando quise mirar el rostro de mi salvador estaba de espaldas hacia mi, corriendo hacia un lugar mas tranquilo y seguro que ahora solo conocemos él y yo.
Era una casa abandonada que hace unos años seguramente seria una especia de palacete, por lo esplendoroso del lugar. El piso superior estaba medio derruido, pero el inferior aun se conservaba en pie, y en la parte posterior tenia un jardín, con una gran fuente situada en el centro, cuyas plantas y flores permanecían ahora en estado salvaje y cuya hierba era tan alta y mullida como el colchón una cama.

La primera vez que llegué allí me quedé totalmente asombrada y Tarek me contó que ése era ahora su hogar, y yo lo encontré el lugar mas bello del mundo, junto a aquel muchacho iluminado por la luz de la luna y cuyo rostro descubrió ante mi...



-En verdad te agradezco enormemente lo de antes. -dije yo, paralizada al observar su hermosa tez olivácea.
-No ha sido nada -callo un instante y dijo-. Simplemente aquellos hombres no tenían pinta de tener buenas intenciones contigo.
Me quede en silencio pensando en lo sucedido, y el siguió hablando.
-Como puedes ver no soy de por aquí, pero en fin...yo me llamo Tarek, ¿cual es tu nombre?
-Yo, Dara. Me llamo Dara.

Sabia que era él, la persona que buscaba cada día entre miles de caras, y también sabia que él me había estado observando. No le sentí en absoluto como un completo desconocido, y a partir de ese momento nos vimos cada día que me era posible al caer la tarde. Fuimos cogiendo confianza el uno con el otro y hablábamos durante horas, aunque más bien era yo cargándole de quejas respecto a mi familia...pero él simplemente me miraba en silencio y de vez en cuando asentía, aunque sé que realmente me escuchaba.

Una vez, cuando le había contado tantas cosas que ya no me quedaba tema de conversación, le pregunté que si se había enamorado alguna vez -puesto que minutos antes había estado hablando de la boda por conveniencia que iba a tener una de mis hermanas-. El simplemente se quedo en silencio, y cuando pensé que me iba a quedar sin respuesta, me dijo:
-Solo creí haberme enamorado un par de veces...pero hasta hace poco no me había dado cuenta realmente de lo que significa el amor.
Sin entender muy bien lo que quería decir, yo le volví a preguntar:
-Ah,¿si? ¿Y entonces qué significa? -Y pasaron los diez segundos mas largos de mi vida, cuando el respondió de nuevo.
-Dara, para mi el amor lo significas tu.
Empecé a procesar sus palabras, mis mejillas ardieron y bajé la mirada, pero una mano alzó mi rostro y tuve a Tarek lo suficientemente cerca como pare sentir su aliento. Mis labios se separaron y él me beso, suavemente, como nunca antes me habían besado.
Todo giraba a mi alrededor y no oía otra cosa que el latir trepitoso de mi acelerado corazón. Cuando nos separamos, nos miramos de manera infinita, como si viéramos en lo más profundo de nuestras almas, y sé que mi corazón había sido suyo desde el primer momento en que le vi.